viernes, 10 de abril de 2009

"A sólo dos pesos"

Todas las tardes, yendo a la universidad, se pelean en mí ser, los eternos conflictos humanos. Con la panza caliente por el almuerzo, acurrucada en abrigo de sobra para el frió y con el sueño que da la caricia del sol diluyéndose detrás del vidrio, lucho por no sucumbir al placer mundano de la siestita revitalizadora. Y en esa lucha contra la monotonía de mi viaje diario, encuentro, a veces, algunos aliados fugaces.

El tiene los ojos pequeños y los pómulos se le fueron tan arriba, que le achinan la mirada cuando sonríe. Y en su cara redonda de galleta de salvado, las arrugas se confunden entre la barba y el pelo negro, extremadamente lacio. Petizo y morrudo, su gran misterio se esconde en un bolso de viaje color naranja, roto y sucio por las corridas para agarrar la manija del colectivo.

Es un relámpago que aparece sólo cuando nadie lo espera, o cuando alguien se olvidó de comparar un presente por un aniversario de 37 meses de noviazgo.
El número siempre es par.

“Dos latitas,…cuatro sabores…, ocho pares…, doce colores…, 24 temas… todo a sólo dos pesos, lo que usted estaría pagando al doble en cualquier negocio corriente”.

El mundo cabe en una valija naranja.

Nunca olvido el día que subió con una “chancha” y en lo que tardan cuatro paradas nos hizo deleitar con los 30 éxitos latinos de todos los tiempos, estampados en un CD virgen de sobrecito.

Hoy superó los límites de lo desconocido, allí donde la ciencia no ha podido llegar aún: “Mentitas sabor dulce de leche, cuatro cajitas a dos pesos”. Y el inocente soborno de dejar una muestra al chofer antes de saltar como una ráfaga hacia otro pasamanos de colectivo.

Por no agotar el infalible recurso de la sorpresa y el avasallamiento, nunca sube cuando necesito un par de chocolates rellenos para hacer un presente.

Tatiana Fontana

No hay comentarios: